sábado, 19 de septiembre de 2015

VUELA




El niño corre sin mirar al suelo,
con la ingenuidad por bandera 
y ajeno al concepto del miedo.

La anciana lo observa
y aun sueña con poder hacerlo,
pero el bastón pesa sobre los hombros, 
la sonrisa amarga se dibuja en el rostro 
y la lágrima denota su desaliento:

su mente vuela más de lo que nunca lo hará su cuerpo.

Raquel Alvarado

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