Te haces mayor, tienes un trabajo o le has tenido, estas acabando de estudiar, sea como fuere el momento en el que tienes que salir de tu casa y buscarte la vida se va acercando mas y mas. La necesidad de tener tus reglas bajo tu techo cada vez se vuelve más imperativa.
Jonathan se levantó una mañana, hacía sol pero
había bastantes nubes que pasaban del blanco al gris más oscuro atravesando por
todas las escalas de gris. Era un día raro, las intermitentes rachas de viento
hacían silbar al cable de una grúa pinada en mitad de una obra parada; ya no se
oían los camiones que traían material, los obreros ya no cortan la carretera
con una señal, no se oyen las maquinas.
Los motivos de porque esta parada no se saben,
pero es una putada, no influyen directamente sobre Joni que esta fumando un
cigarro en la ventana mientras mira a la gente pasar alrededor de la obra, se
paran a mirar carteles de los próximos conciertos y obras de teatro, pegados en
las vallas que impiden el paso al edificio en construcción. Poco más adelante
tienen que esquivar las obras de una acera. La construcción solo se mueve si
trabajas en lo público, al menos aquí en Santander, los nuevos edificios
avanzan lentamente y casi es un milagro una nueva construcción dentro de la
ciudad.
Una ciudad monótona con poco gas en la que no
faltan chispas para hacerla arder pero que nunca acaba de despuntar, la eterna
promesa, aquella por la que muchos vinimos a la capital.
Había elegido para caminar por la vida unas
botas, suelen ser de seguridad de esas con la punta de acero para trabajar,
pero hoy eran botas simples, trabajaba de forma habitual para una ETT, hoy no
tocaba trabajar para la seguridad social, pero aun así se pone un vaquero, una
camiseta y las botas.
Ella se había ido hace media hora a trabajar;
entra con el pan en la cocina, se pone un café y lee el periódico. Fuma, bebe y
lee hasta que todo se acaba y no hay más que leer o beber. La habitación, el
baño y recoger el salón, hay que hacer esas labores, si no quieres que coma la
mierda o te la eche en la cara ella después, la cocina para después de comer.
Después de cumplir con su parte del acuerdo se
enciende otro cigarro, piensa en el trabajo que hace para sí mismo; hay que
arreglar esa canción, mas bien acabarla, empezarla de nuevo, tocarla un rato,
para tener algo que ofrecer a la banda, y escribir un par de páginas para estar
tranquilo.
Suele hacerlo por la noche, pero ella se
merece atención, más ahora que su camino se ha detenido y sus botas de
seguridad están limpias del poco uso.
La comida ya está hecha, se enciende un
cigarro, toma vino con kas de limón, se deja llevar por la guitarra hasta la
hora de comer. Ella llegara, vera el ordenador encendido, leerá la entrada del
blog y no pensara que me he tocado los cojones, escuchara la canción con los
retoques, me besara, haremos los pasatiempos del periódico. Pasara la vida un día
más sin salario.
En Santander hay poco trabajo para un soldador sin experiencia, que ha realizado todo tipo de trabajos
temporales. La clave esta vivir en la ciudad que trabajas, quizás no deba vivir
en Santander, coger las botas, la mochila y caminar, ella vendría… tal vez me
equivoque de ciudad o de chica.
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