miércoles, 1 de julio de 2015

ASFIXIADO





No sé cómo termine aquí dentro de este agujero, en el que me alimento solo de raíces e insectos que tienen la mala suerte de toparse conmigo. El agua es muy escasa solo puedo encontrarla cerca de algunas plantas, muy pocas. ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ni idea, me paso bajo tierra mucho tiempo protegiéndome de lo que hay arriba. Al salir tengo que taparme de pies a cabeza, el sol es mi mayor enemigo, cualquier exposición podría dañarme la piel. Y la arena, me podría pelar como una patata, el viento y las tormentas de arena son constantes.
Por qué el sol ya no es lo que era ahora es más grande ha matado casi toda la vida del planeta y ha secado toda la tierra la cual ha cambiado parce ser su movimiento. Sobrevivimos los más inteligentes.
Hoy es el día de salir a buscar comida y agua, joder tanto deseo estas cosas como la de degustar un buen chochito.
Me tapo y me preparo a salir y pienso: ¡Bien otro día más u otra vez más, jajá, no sé en que día estoy ni cuantos días han pasado!
Disponiéndome a salir cojo mis botes para recoger agua y un trapo para filtrarla si es necesario.
Salgo casi tumbado ya que mi refugio tiene salida pensada para que mi “casa” sea más fresca. Sé que no me puedo alejar mucho por que perdería la localización aunque es como volver siempre gracias a que el refugio se encuentra bajo a una gran montaña de arenisca.
Apenas puedo andar entre el hambre y la pesadez de mi ropa. Avanzo a paso lento sabiendo el riesgo de las prisas y miro a mí alrededor, no se ve nada ni siquiera en el horizonte. Solo una montaña, mirándola sé que mi refugio no durara para siempre ya que es de arenisca, me tengo que mentalizar. Siempre tiene uno la esperanza de que ocurra algo pero seamos sinceros hay que ser realista en esta vida, es muy difícil sobrevivir en un puto desierto aunque yo me autoengaño y quiero pensar que encontrare alguna salida.
Como siempre hoy parece ser un día cualquiera donde encuentro poca cosa, pero oigo algo, un sonido familiar como alguien hablando. Entonces entusiasmado voy corriendo a ver que es, bueno poco a poco jajá no quiero morir asfixiado. Me acerco y veo una forma en el suelo. Cuando llego veo que es un pobre perro moribundo y aullando.
Decido por él, le mato, con un cuchillo improvisado de un trozo de metal lo degüello. No puedo andar con piedades, es algo para comer. Alimentarse algo necesario aunque sea para cuatro días. Vuelvo, tengo que hacerlo aunque no vea la noche tengo que descansar.

Ya en mi refugio me pongo a pensar; ¿ese perro de donde ha llegado? Y ¿Cómo ha llegado hasta allí? Podría estar cerca de salvarme de este infierno, no lo sé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario