No sé cómo termine aquí dentro de este agujero, en el que me
alimento solo de raíces e insectos que tienen la mala suerte de toparse
conmigo. El agua es muy escasa solo puedo encontrarla cerca de algunas plantas,
muy pocas. ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ni idea, me paso bajo tierra mucho tiempo
protegiéndome de lo que hay arriba. Al salir tengo que taparme de pies a cabeza,
el sol es mi mayor enemigo, cualquier exposición podría dañarme la piel. Y la
arena, me podría pelar como una patata, el viento y las tormentas de arena son
constantes.
Por qué el sol ya no es lo que era ahora es más grande ha
matado casi toda la vida del planeta y ha secado toda la tierra la cual ha
cambiado parce ser su movimiento. Sobrevivimos los más inteligentes.
Hoy es el día de salir a buscar comida y agua, joder tanto
deseo estas cosas como la de degustar un buen chochito.
Me tapo y me preparo a salir y pienso: ¡Bien otro día más u
otra vez más, jajá, no sé en que día estoy ni cuantos días han pasado!
Disponiéndome a salir cojo mis botes para recoger agua y un
trapo para filtrarla si es necesario.
Salgo casi tumbado ya que mi refugio tiene salida pensada
para que mi “casa” sea más fresca. Sé que no me puedo alejar mucho por que
perdería la localización aunque es como volver siempre gracias a que el refugio
se encuentra bajo a una gran montaña de arenisca.
Apenas puedo andar entre el hambre y la pesadez de mi ropa.
Avanzo a paso lento sabiendo el riesgo de las prisas y miro a mí alrededor, no
se ve nada ni siquiera en el horizonte. Solo una montaña, mirándola sé que mi
refugio no durara para siempre ya que es de arenisca, me tengo que mentalizar.
Siempre tiene uno la esperanza de que ocurra algo pero seamos sinceros hay que
ser realista en esta vida, es muy difícil sobrevivir en un puto desierto aunque
yo me autoengaño y quiero pensar que encontrare alguna salida.
Como siempre hoy parece ser un día cualquiera donde
encuentro poca cosa, pero oigo algo, un sonido familiar como alguien hablando.
Entonces entusiasmado voy corriendo a ver que es, bueno poco a poco jajá no
quiero morir asfixiado. Me acerco y veo una forma en el suelo. Cuando llego veo
que es un pobre perro moribundo y aullando.
Decido por él, le mato, con un cuchillo improvisado de un
trozo de metal lo degüello. No puedo andar con piedades, es algo para comer.
Alimentarse algo necesario aunque sea para cuatro días. Vuelvo, tengo que
hacerlo aunque no vea la noche tengo que descansar.
Ya en mi refugio me pongo a pensar; ¿ese perro de donde ha
llegado? Y ¿Cómo ha llegado hasta allí? Podría estar cerca de salvarme de este
infierno, no lo sé.
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