martes, 18 de agosto de 2015

REBELÁNDOSE

Deje caer mi cuerpo en el sofá, ella vino después y se tumbó al lado mío. Simplemente mirábamos la tele, había poco de qué hablar, lo hablamos todo e incluso el todo a veces se gasta. Escondido detrás de ella notaremos el calor que pasaba de un cuerpo a otro, pero nuestro cuerpo únicamente recibe el tacto suave de nuestra ropa. Poco a poco a fuerza de discutir nuestras respiraciones comenzaron a sincronizarse, salvo cuando alguno ponía la voz en alto en esa pelea y aspiraba profundamente, he de admitir que yo era quien lo hacía más a menudo, tenía su cabeza tumbada junto a la mía y en cada chorro de aire que entraba por mis fosas nasales entraba ese olor, capaz de otorgar la serenidad cuando es conocido y activar los sentidos y acelerar el corazón cuando le hueles por primera vez, olía a pelo de mujer.

Ella reía viendo una comedia en la caja tonta, yo tenía mis ojos clavados en su cuello, mirando hacia ahí no me servían de mucho, simplemente la oía reír, olía su pelo y aprovechaba su calor corporal en ese invierno tan frío. No podía seguir soportando esa inactividad así que pase a la acción pasando mi lengua por su cuello, estaba salado, ella encogió la cabeza y junto a la vez un gemido y un chillido, no pude distinguirlo bien; me pase un buen rato chupando su cuello cuando se distraía, -¡para!- oí, me calle y metí mi mano por su camiseta para volver a mi estado pasivo de tarde fría y sosa.

Aun así era aburrido esperar a que la tele me cediera un poco de atención, es impresionante lo fácil que es colgarse de ese cacharro, rebelándose contra la tele y sus cosquillas acerque mi boca otra vez a su cuello sin tocarla, el cuello volvió a contraerse y pude notar su vientre como un libro de braille todo lleno de puntos, en ese momento sonó la cabecera del canal, han llegado los anuncios, la luz tonta se ha debido de ofender porque la realidad pone la carne de gallina y ella por muchos sucesos atroces que salgan en las noticias y sean reales nunca conseguirá poner toda la epidermis de punta solo con un aliento.

Se dio la vuelta y me apretó fuerte, bajo un poco la presión y se quedó ahí escuchando mi corazón; ya sabéis: -pum, pum, pum... -no sé porque. Me miro y me beso, largo, suave, húmedo... -ay, me pica, ráscame; pase mis uñas de abajo arriba varias veces hasta que oí, -ya.
Volvió a besarme, no hacía falta verlos para encontrarnos la boca; note un mordisco de otro; un pellizco en el culo, respondí apretando la del suyo hacia mí; pase mi mano por su espalda debajo de la tira del sujetador, nos apretamos y besamos, cuello, labios, hombros, mejillas; cada vez la oía respirar más fuerte. Ella se levantó se quitó la camiseta, me quito la mía y seguimos hidratándonos el uno en el otro, hasta que volví a oír la cabecera del canal y empezó otra vez, giró la cabeza me dio un piquito y se dio la vuelta completamente, que cara gilipollas se me quedo.

Me tumbé, otra vez y volví a besarle el cuello, era ilógico eso que había pasado, -va de dura...
-Tssss, respondió. Me quede mirándola, y resople fuerte sobre ella, supongo que el contraste con el aire frío que expulse fue lo que hizo que mi mano volviera a notar toda la carne de gallina, me quedé mirándola, bueno por lo menos ya noto su piel y no solo su calor, volví a tumbarme a olerla el pelo. Abrazado y respirándole en el cuello, empezó a ronronear y note su culo moverse, por fin se dio cuenta que eso no era el móvil. Me quité los pantalones y arranque los suyos y siguió sin apartar la vista de la televisión, me tumbé otra vez -había conseguido de dejar de notar ropa por casi todos lados, notaba su calor y su piel, así debería haber empezado la tarde. Intentando dejarle ver la televisión me tumbé otra vez, abrazado y respirando, ya solo me quedaba un movimiento más y podría apagar la tele sin que pasara nada.

Pero ese movimiento es mejor construirse uno mismo así que este me lo guardo para nosotros y supongo que lo que paso después creerme que la vista fue la que menos influyó en mitad de la oscuridad.

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