martes, 29 de septiembre de 2015

EL SUICIDIO DE LOS PÁJAROS


 - Pues tampoco había tanto que ver en Ikea…
-                            - Está bien y es bastante barato - con eso Verónica quería decir, esta de puta madre voy a rebuscar en su catálogo hasta que algo me guste.
-                            - Si parecen legos… colocas las estanterías y te quedan un montón de agujeros vacíos que no van a ningún lado; voy a hacer los muebles de casa con pales.
-                            - Cállate, cállate…
-                            - Ya has visto que queda de puta madre, si al final todo es madera, se coge barniz o pintura o lo que tú quieras
-                            - Jorge, estate a conducir y deja de decir tonterías.
En las carreteras del norte es imposible mantener la vista en el asfalto todo el rato, en algún momento se te escapan las pupilas a contemplar el mar, la montaña, los acantilados, los bosques… las huertas.
Jorge mantenía la mirada fija en el Clío que estaba unos ochenta metros más adelante, Extremoduro rasgaba el silencio y daba la libertad para quitar el filtro mente boca o eso pensó el insensato de Jorge al espetar
-                            - Pues tengo razón, los unos son muebles cutres de fábrica y los otros que queden cutres o no depende de nosotros. Cutre igual
-                            - A ver que tienes razón - y en ese momento se obro un milagro de esos que asustan.
-        El resultado iba a ser cutre igual - dijo Jorge incrédulo y repitiéndose en el argumento para poder volver a oír esa palabra de los labios de una mujer Tienes razón
                     ¡¡¡¡¡PPPUUUUUUMMMMM!!!!!!!!
-                            - ¡¿Qué cojones?!!!!
Las ruedas del coche deslizaron sobre el asfalto debido al bloqueo que sufrieron las ruedas al hundir el pie en el freno; tanto le piso que el coche se caló antes de dejar de patinar.
Jorge agarraba el volante intentando mantenerle recto, en cuanto todo paso miro a Verónica e intento recordar si había sonado algo más aparte de aquel golpe, miro hacia atrás para cerciorarse si venia alguien, tras esto la voz pudo salir de la boca de este de nuevo.
-                            - ¿Qué ha sido eso?
-                            - No se algo se ha dado contra el cristal
-                            - Voy a mirar, ha tenido que joder algo
Jorge se bajó del coche y miro el morro de este, se quedó mirando el bollo que había hecho eso que había atropellado, mira a Verónica con ojos de asustado y esta no tiene otro impulso que bajarse a mirar.
-                            - No sé si ya estaba así o es lo que nos ha dado
-                            - Joder Jorge tiene una hostia buena
-                            - Ya… voy a ver que era
Jorge a lo lejos vislumbraba una figura blanca, con pico amarillo, todo parecía indicar una gaviota…
-                            - Una gaviota tía, mira ven
Ahí estaba el pobre ave, con un hilillo de sangre que le salía de la boca y un ala desencajada.
-                            - Un poco inútil el pájaro ¿eh?
-                            - Pues sí, podría haber volado por otro lado…
Se montaron en el coche, pensando en el alma del difunto sabiendo que ya no tiene otro problema más que el estar muerto.
Ya en su barrio Jorge deja a Verónica en la puerta y se va a aparcar
-                            - Ahora vengo cariño.
Pudo meter el coche un par de calles más allá, ha tenido suerte en aparcar, en ese puto pueblo no hay quien aparque. Se baja del coche, dos hombres tumbados en un soportal comparten un cartón de vino.
-                            - ¿Tienes un cigarro?
-                            - Uhmm, de liar, si quieres te hago uno
-                            - Pues si me haces el favorcito - soltó con una sonrisa perdida y baba cayéndole por la barba de cien días. - ¿Cómo te llamas amigo?
-        Jorge - el tiempo premiaba, no quería que se pusieran a hablar y no saber cómo marcharse, así que liaba con rapidez.
-                            - ¡Ah el asesino del dragón!, buen nombre, gente como tu hace falta. Tu sabes que el mundo puede cuidarse solo, si hace falta se destruirá a sí mismo con total de librarse de la plaga de los humanos
Jorge envuelto en el discurso del perturbado intentaba buscar la frase definitiva que le permitiese dar el cigarro e irse.
-                            - Cualquier día peta todo, viene un supervolcán o un terremoto y a tomar por culo, hacéis de puta madre en tomaros unos vinos y estar aquí tumbados, toma tu cigarro.
El único de ellos que hablaba espero el cigarro, en ese momento Jorge miraba al otro, con sonrisa bobalicona perdido en algún lugar del espacio tiempo, el fumador no acababa de coger el cigarro y Jorge seguía sin poder girarse e ir a casa.
-                            - Todos lo saben, los animales lo saben, las plantas lo saben, en el fondo nosotros lo sabemos; no podremos aguantar el estrés cuando nos demos cuenta, los del cielo ya lo saben.
Cogió el cigarro con cara seria y ojos de asustado; un escalofrió recorrió el cuerpo de Jorge, algo tenía que decir para marcharse
-                            - Bueno pues nada…
-                            - Espera mata dragones, ¿tienes fuego?
-                            - Si claro
-                            - Como no va a tener fuego el mata dragones ¿eh Serbio?
Serbio debía  ir de heroína o algo, estaba en su mundo solo mantenía risa de bobalicón, tras esa contundente respuesta de Serbio vio el momento
-                            - Bueno que os aproveche, hasta otra
Giro y siguió, estaba Verónica en casa, como para explicar que se había quedado charlando y bebiendo con unos vagabundos… ya no puede hacer eso.
Jorge se marchó pensando en la gaviota muerta, - los pájaros son los únicos del cielo que pueden saberlo… los pilotos… astronautas… ¿Qué señales hay en el cielo y quien las ve? Vamos a acabar todos tan locos como ese hombre, mejor que llegue y no pensar, total si va a llegar…
Verónica estaba sentada mirando el catalogo de Ikea en la tablet, la razón que tantos argumentos había costado a Jorge ganarse se había desvanecido, sin querer sacar el tema otra vez encendió la televisión.
-                            - Cientos de pájaros muertos han caído en un pueblo de Argentina y la historia no acaba aquí, en muchos parque eólicos se han visto aves  ir directas hacia las aspas en manada sin variar su rumbo; otros pájaros se ha estrellado contra edificios y monumentos, en su mayoría gaviotas y palomas; las teorías más dispares ya se comentan en las redes sociales.
-                            - Joder ¿has oído las noticias?, como la gaviota de hoy, igual se tiro contra nosotros
-                            - Qué cosa más rara, les ha dado por ahí.
-                            - A todos hoy el mismo día… es rarísimo, esto acojona ¿eh? Yo voy a por una copa, ¿quieres algo?
-                            - No yo no
-                            - ¿Seguro? ¿Cerveza, kalimotxo?
-                            - No quiero nada
-                             -  Pues hazte un canuto que estoy acojonado



-                            - Y esto paso en el dos mil doce, el año que se iba a acabar el mundo, así que imagínate las que me agarre aquel año a cuenta de la locura de unos putos pájaros y la paranoia de los mayas… Así que no me vengas con Lunas de Sangre Gabriel….
                        

No hay comentarios:

Publicar un comentario