Buscar en la memoria en ocasiones hace flaquear,
sentirse débil, echar en falta
o simplemente recordar.
Tras cuatro años nadando en libros,
en hojas de papel con olor a antigüedad,
caminando con el estrés a cuestas
o riéndonos de la realidad,
ninguno de nosotros es el mismo;
somos mayores, más fuertes,
más sabios… y menos niños.
Ahora comienza otra interminable historia
del que se queda y el que se va,
del que no cambia, o del que avanza
acercándose al vacío sin echar la vista atrás.
Raquel Alvarado
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