miércoles, 14 de octubre de 2015

ESPECIAL HALLOWEEN; UNA CASA DE MORIRSE

CAPITULO UNO

-     Tiene tantas habitaciones como horas tiene la noche, admítelo, como idea es de las            
mejores, no hay que coger el coche y en el T-Rock llevamos cuatro halloweens seguidos.
-     No es la primera vez que vamos… muchos findes que llovía hemos ido allí a echar un humo.
-     Y yo con vosotros, pero con Gabi, Sergio y Gelo, no trece personas, aquel suelo se hunde solo.
-     Tienen razón, en el T-Rock vuelven a tocar Luz Negra, les acabamos de ver hace dos semanas, encima va a estar petado de gente y con lo que te gastas tomando algo allí podemos pasarlo de puta madre en la casa vieja.
-     ¿Lo ves? Sergio piensa como yo, es una rayada irse otra vez al T-Rock nos pasamos allí todo el dia.
-    Solo dejan fumar canutos allí, de hecho soy yo el que no quiere ir, pero cada vez que me quiero tomar algo o vamos allí o Luis tu eres el primero que pasa de ir.
-     Ya que casi nunca bebo; por lo menos ir a un sitio donde pueda echar un canuto…
Luis se levanta del banco, se enciende un cigarro y empieza a andar de derecha a izquierda.
-    Mierda tio, ya he quedado con Marta, Laura, Paula y Olga. Sergio y Gelo te acaban de decir que pasan de ir al T-Rock y que se vienen; ¿Qué pasa tienes miedo a los fantasmas?
-     ¿Quién se hace un canuto?
-     No cambies de tema. ¿ Te apuntas o no?
-     Doce habitaciones, doce drogas, no creo en los fantasmas. ¿Quién más viene?
-     Berto y Sheila, Noemi y Jandro e Iván.
Gelo está quemado la china, Gabi le da un cigarro.
-           No va a pasar nada, hemos estado allí muchas veces fumando; dice mientras guarda el paquete de Camel en el chaleco.
Va llegando la noche en el parque de Los Robles, mientras fuman empieza a caer la noche, todos ríen menos Fran que sigue pensando en la casa abandonada y mira a la entrada del parque vigilando que no llegue ningún madero.

Gabi con la helada de finales de octubre es el primero que piensa en marcharse, el chaleco no le protege de la helada y sus padres están trabajando; prefiere acabar el colocón caliente en su sofá viendo la tele. Sergio conduce.
-    Vale te llevo a casa, vas a llegar antes que mi hermana
-    Vete a la mierda, tengo frio.
En el coche suena Motley Crue los solteros piensan en chicas, chicas, chicas mientras Gabi piensa en Sheila. Ella siempre acaba hablando con él, cada vez que se ven le da dos besos, hablan por Facebook y siempre que coinciden es ella la que corre a saludar.
Saca otro cigarro del chaleco; - ¿Cómo podría invitarle a tomar algo?, ¿ si dice que no?, deja de pensar esas cosas…- echa la primera bocanada de humo mientras mira a través del empañado cristal de la parte de atrás.

-         ¿Y donde decis que vais?
-         Al centro mama… con Noemí, con Olga y con Paula…
-         ¿Y con esas pintas vas a ir de fiesta?
-         Joder mamá es Halloween, todo el mundo se disfraza- Sheila empieza a sentirse incómoda del marcaje de su madre
-         Ya hija ya, pero pareces cualquier cosa ¿de que vas? ¿de vampira vagabunda?
-         Soy un zombie…
-         ¡Qué pálida estás! Voy a hacer la cena, ¿vas a cenar en casa?
-         Noo…
-         Bueno, bueno, verás tu padre, más vale que no te vea salir de casa así- y su madre se perdió tras la puerta de la habitación de Sheila
-         Uhmm

Pablo e Iván pasean por el supermercado del barrio, luces amarillas, estantes blancos y anuncios repetitivos sobre el nombre del supermercado y las ofertas de la semana.
-         Para mi vodka y red bull
-         Tranquilo si tengo la lista en el móvil
La cajera mira el cargamento de botellas, les mira a ellos y vuelve a mirar las botellas.
Los pitidos de la máquina y el clinquineo de las botellas es lo único que corta el incómodo silencio de la empleada de cincuenta años y los jóvenes que van a gastar en alcohol una cantidad de:
-         Ciento catorce con ochenta y siete; ¿tarjeta supermarket?
-         Eh no- dice Iván enseñando la tarjeta de débito y el documento de identificación
-         En la máquina...
Ivan acaba la interlocución con la máquina retira su tarjeta y se despide junto con Pablo agradeciendo el servicio a la cajera; mientras ella niega con la cabeza viéndoles salir por la puerta automática del establecimiento
-         Que pena de juventud, menudos quinquis- exclama delante de una clienta que mira la escena con indiferencia y la bolsa preparada

Olga se mira en el espejo de su habitación, está de espaldas cerciorándose de que su prieto culo se ha compactado aún más con los leggins
-         ¿Que tal me quedan los leggins?
-         Bien tía, eso le queda bien a todo el mundo- dice Sheila con los ojos entrecerrados con malicia
Olga tuerce el gesto, mueve un poco el culo y sonríe ampliamente; se agacha a recoger un pompón que pone en la parte más baja de la espalda
-         ¿Que vas a ir de conejita en Halloween?
-         Conejita zombie
-         Que original
-         Pues anda que tu...
Olga está maquillándose, mientras Sheila ojea el móvil; en su cabeza no para de dar vueltas que Olga siempre vaya tan despampanante y a ella solo se le ocurre ponerse maquillaje y ropa vieja…
-         Olga ¿tienes unas tijeras?
-         Si tia en el cajón de ahí
Sheila se planta al lado de Olga en la imagen del espejo, mientras ella repasa la raya del ojo ella comienza cortando la camiseta, un escote se abrió al lado de Olga, la cual la hizo sentir insegura empatando la situación. Rato después ambas amigas salieron de la habitación sonriendo y envidiando
-         Vamos que Paula y Marta ya estarán esperando
-         Si corre
Y allí estaban Paula y Marta, disfrazadas de Caperucita zombie y zombie con peluca, respectivamente.
-         Mira al final nos hemos puesto de acuerdo con ir de zombies
-         Si pues Laura también va de zombie
Todas se ríen y se dan besos
-         A mi me acojona ir a la casa esa eh- Marta empieza a sentir escalofríos, no quería decir eso en alto, no tan explícito.
-         No se tia, es diferente, yo ya he estado ahí con Gelo, haciendo cositas- ríe Olga
-         ¿Solo con el?- dice Paula y todo se funde entre risas alegres y amigables
-         Bueno habrá que ir ya, dijeron que a las ocho y media
-         Pregunta haber si han llegado, no sea que haya que estar allí solas- así Marta, así, que no piensen que eres una pringada, dice para sí misma mientras sonríe
-         Si, dice Laura que ya  están allí con Ivan, Jandro, Sergio, Berto y tal; que solo faltan Gelo y Sergio- dice Sheila que fue la primera en subirse al coche de Olga.
Todas fueron, cantando, riendo, hablando y fumando, se salían algo del barrio, hacia unos prados que ya nadie trabaja y menos puede comprar; las farolas cada vez estaban a más distancia una de otra atenuando la luz amarilla y dando prioridad a la luz blanca de la luna.
Bajo una de la luces amarillas esperan el resto de los invitados a la fiesta con bolsas en la mano. Ivan y Jandro están sentados en el suelo bebiendo cerveza; Gabi está bebiendo de una petaca; Sheila y el resto de las chicas se acercan; besos, saludos.
-         ¿Más zombies?; es increíble… suspira Marta exagerando demasiado el tono, lo que la hace bajarle rápido y meterse detrás de Paula.
-         Somos todos de un original… exclama uno de los chicos
-         ¿Y el resto?
-         ¿Gelo y Sergio?
-         Si ahora vendrán
-         Han ido a recoger el cargamento.
Y en el muro de una enorme casa gris, decorada con cordones de musgo se quedaron esperando los zombies, desde la verja dejaba ver un jardín lleno de hojas de los árboles, de unas higueras retorcidas, cuyas ramas se mecían a cada soplo de aire entres las luces blancas y amarillas



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