El corazón atemperado
en las decisiones difíciles,
y desbocado, por el contrario,
en situaciones sutiles;
complicadas sólo para el alma.
El sentimiento a flor de piel
quemando hasta los huesos.
Y sin embargo,
a cara descubierta es todo mármol,
como la escultura griega más arcaica de la historia,
como un cristal congelado, y abandonado
en lo más profundo de las sombras.
Raquel Alvarado
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