jueves, 26 de marzo de 2015

LA PIEZA DEL JUEGO


-Joder fue demasiado tiempo jugando al ajedrez aunque nadie lo cree yo fui un gran talento en mi juventud, aunque la única forma en la que podía demostrar mi espíritu deportivo fue en el ajedrez, hasta los 24 años jugando nada más y nada menos.

Al principio no parece un juego muy moderno; es más algo basado en la edad media, caballos, reinas, torres... ; con el tiempo delante del tablero descubres que más que un juego es una manera ordenada de llevar tu vida.

En ese tablero que representa la partida que cada uno jugamos en todos los aspectos de nuestra vida no podemos pretender ser nada menos que el rey de nuestro juego. Si intentas ser otra cosa no serás más que la pieza del juego de otro.

Y es que no es más que enfrentarte con tu ejército a las distintas batallas que azotan tu reino, estas en el tablero para luchar, eso es lo mas importante si no ¿para que estas ahí?.

Mi juventud fue ese tablero, esa pelea para ser el más importante de mi tablero. Plantaba batallas contra el ejército de cualquier otro rey que pretendiese ganarme. Tenía mis torres, fuertes muros que repelen cualquier golpe; tenía mis caballos, aquellos que me llevaban en coche porque tenían carnet;  mis alfiles, grandes escuderos, batalladores en la guerra física y psicológica; y sobre todos estaba ella, mi reina, aquella que el simple hecho de estar con ella un minuto llenaba tanto mi vida que era capaz de morir en cada batalla en paz; supongo que como rey es muy chabacano que mencione esto, pero en esta época de revolución social también hay que añadir en la pelea de mi juventud a mis peones, manejables servidores que podía usar en cualquier batalla ya que, aun no siendo tan importantes como todos esos que escondo detrás de ellos, son capaces de salir a la guerra porque creían que tenia razón.

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