Te marchas convencido crees que todo está dicho,
con el hecho de no mirar con los ojos de la verdad
y en lugar de ello ver con mirada tornada.
Tornas y todo se rompe, se rompe porque no se mira,
no se mira porque no se cree, no se cree porque no se confía,
no se confía, porque no se siente cerca,
no se siente cerca porque se equivocó,
se equivocó porque no pensó, no pensó porque no tuvo en
cuenta nada,
no tuvo en cuenta nada porque fue egoísta, fue egoísta por
miedo,
tuvo miedo por no ser totalmente sincero, no fue sincero por
ignorancia,
fue ignorante por no saber, no supo porque no tenía
experiencia,
no había experiencia porque nunca sufrió de verdad, sufrió
por el mismo,
sufrió debido a que se destruyó a sí mismo, se destruyó a si
mismo y no tiene nada.
Nada por tonto e idiota, sin rumbo se encuentra en un limbo
del que no sabe salir.
Un limbo extraño pero en el que no se rinde el idiota,
porque aun siendo idiota tiene fe.
Una fe ciega en la cual sabe que no hay un camino sino múltiples.
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