sábado, 5 de noviembre de 2016

DEMONIO

Cuentan que la montaña esconde un oscuro secreto. Los rescoldos de las hogueras captan entre  murmullos ahogados la historia de un demonio que allí habita, oculto. Reprenden las madres a sus retoños cuando se alejan del poblado: el monstruo te comerá.

Cantan los niños una cantinela, para alejar los malos espíritus del bosque. Versa la letra que las hojas tienen oídos y, cuando el viento las agita, susurran su historia al dios del monte.
Dicen los valientes que han visitado la montaña que, a veces, camina a su lado, etérea y leve, un hada: no hay que dejarse engañar, pues se trata de una antigua diosa caída, enfurecida con los humanos.
Los pastores narran encontronazos con una criatura diabólica, negra como noche sin luna: mezcla de lobo, cuervo y hombre, que ataca a las ovejas y derrama su sangre sobre la tierra. Porque el monstruo nació entre la sangre de su propia estirpe, cuentan. La dulce hierba de la pradería está maldita, y los rebaños ya no pueden pastar allí. 











Pero yo se la verdad. Es el último de una raza arcaica, una cultura perdida. Su nombre es Dusios.
Por Elisa Rivero Bañuelos

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