martes, 23 de junio de 2015

SOBREVIVE

No sé cómo lo entendía, pero lo hacía; Dave aprendió a ser hombre en bares y billares, fumando tabaco y bebiendo, no era difícil considerarse un hombre en sitios como esos, y tampoco que los demás lo consideraran, eran demasiado egocéntricos como para ver más allá de su ombligo, creían que hacían lo que había que hacer y se creían que lo era buenos en ello. No era raro que en una conversación se oyeran miles de palabrotas e insultos y ni mucho menos se acabara discutiendo, era lo que había que hacer para que el resto no pensara que el otro te había pisado, si eso no valía un puñetazo bien dado te volvía a subir a la cima. 

No había mundo más allá, las chicas que es de lo poco que había bueno en esos sitios, solo querían ser la reina del bar por un día, así que el que daba el puñetazo ligaba esa noche, era un regla de tres, puñetazo más dos piropos polvo en el baño, la verdad que era absurdo, pero funcionaba. Además gracias a tanto Internet durante dos semanas parecía que eras la estrella de la semana, Tuenti, Facebook, Google +; todo era una revista del corazón a pequeña escala. Toda la mierda de la zona se reunía ahí, todo el mundo criticaba esos sitios, pero el comentario de todos y cada uno de ellos sobre su opinión no podía faltar.

Después de un buena noche las mañanas siempre son malas, Dave levanta la vista, asegurándose que había llegado a casa, y en la semioscuridad de su cuarto intenta recordar la noche anterior, todo era confuso, demasiada gente para enterarse bien de lo que había pasado. Se levanta como podía pegando el último trago de cerveza para quitar el mal sabor de boca, y va al baño para asegurarse que todo estaba en su sitio; alguna vez se levantó con alguna marca hecha por un chica que nunca recordaría su nombre, pero hace tiempo que en los bares no había ninguna reina de verdad, todas eran reinas de una noche, no era clase, era fachada. Antes era más fácil, cuatro piropos un chupito y tenías una chica para esa noche a no ser que lo hicieras muy mal. 

Ahora ya eso cotilleo no le llegaba tan atronadores como antes, podía enterarse de alguno pero la verdad que le resbalaban bastante, se limitaba a bajar desayunar y encender ese cigarro que hace enlazar un día con otro, como si tuvieran algo que ver… los domingos eran bastante fáciles, no hay que arreglarse, no hay que oír ruido en casa todo es silencio. 

Tumbándose en el sofá piensa en que en breve tiene que hacerse la comida, pero el estomago aun esta revuelto, -mejor otra cerveza para quitarse la resaca, piensa
Abriéndola pega un trago fuerte y enciende otro cigarro antes de ponerse a hacer una comida que comerá solo.
Una siesta y un rato por la tarde en el bar viendo el partido terminan un domingo no muy difícil.

La semana pasa tranquila para Dave, trabaja en una fábrica en mantenimiento, no hace mucho, solo atiende los estropicios que han hecho otros, borrando la mierda de ese lugar. -¿Por qué les pondrán a tocar estos botones si ninguno sabe cómo funciona la maquina? Siempre acaban jodiendola. La semana es aburrida larga y hace que piense en demasiadas cosas,-¿Por qué están tan contentos, si todos los que han acabado aquí no son más que idiotas que no querían hacer nada, o idiotas que no supieron hacerlo a su manera y acabaron en este agujero? Son como yo, pero ellos no se han dado cuenta de eso… borraron todo lo anterior sin importarles que fue lo que les hizo acabar aquí, con que gane su equipo esa semana, su mujer siga siendo la buena chica que nunca les dirán sus defectos y sea considerado un hombre entre los del trabajo son felices, eso si su coche impecable, parece ser que si no se tiran dos horas al día hablando de su coche y se le enseñan a todos sus amigos no anda.

El fin de semana se veía igual, un bar y gente, mucha gente que no hará nada más que lo que hacen todos, Dave se sienta a beber y mira cómo se engañan, pero mirando vio a María, no la conocía mucho era una presumida, y para ella el un mamón, pero en persona era distinta se movía como si hubiera medido todos sus movimientos escondiendo algo, hablaba palabras sin sentido siguiendo el rollo a los demás con frases absurdas y poniendo cara de aburrida, ella tampoco estaba a gusto allí, bebía y fumaba demasiado como para estar a gusto, cuando lo estas nunca te acuerdas de fumar. Le acabo viendo perdido en una conversación de tres, él la saludo intento sacarle algo de ella, pero había demasiada y Dave no tenía nada bueno que decir sobre ellos, sabía que ella quería escapar y el ayudarla a ello pero era imposible poder hacer que alguien se escape contigo cuando lo que tienes que decir es eso. Es imposible decir algo tan bonito con palabras tan feas. Así que apretó sus puños en los bolsillos y se despidió de María, pensando que dentro de unos años se verá consumida por la gente y él pudo rescatarla.



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